domingo, 3 de octubre de 2010

El sexo y el culto al cuerpo copan el mercado de medicamentos por internet

Un problema serio que puede convertirse en el futuro en un problema grave. Médicos, farmacéuticos, policías y representantes de los consumidores coincidieron ayer en pedir a la Administración y al propio sector medidas de control para frenar el creciente mercado de medicamentos a través de internet. Peligra la salud nacional porque, según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 62 por ciento de los fármacos que se venden a través de la red de redes son falsificaciones.

«Medicamentos falsificados: un riesgo creciente» fue el título de la jornada técnica que tuvo lugar ayer en el auditorio Príncipe Felipe, en Oviedo, y que contó con la presencia de la presidenta del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Carmen Peña.

La tesis es ésta: los medicamentos se fabrican ilegalmente en los países en desarrollo (en ocasiones, puro y duro Tercer Mundo), y encuentran quien los adquiera por internet en España en cinco grandes «cestas de la compra»: disfunción eréctil, adelgazantes, tabaquismo, anticoncepción y culto al cuerpo. Estos cinco grandes nichos de mercado engloban más del 80 por ciento de las compras.

Hay asimismo crisis puntuales que los laboratorios clandestinos aprovechan para hacer negocio. Una de ellas llegó el pasado año con el virus N1H1, el de la gripe A. El alarmismo creado por la OMS sobre la posible pandemia gripal llevó a un aumento espectacular de la demanda por internet, que el presidente de la Unión de Consumidores de España (UCE), un griposo José Ángel Oliván, calificó ayer en Oviedo como «el top-manta de los medicamentos».

El consejero de Salud, Ramón Quirós, reconoció que «en Asturias este tipo de venta tiene poca relevancia pero hay que estar vigilantes. La liberalización de los canales de distribución ha generado inquietud en el sector; hay que recordar que la única fuente segura es la farmacia».

Buena parte de los consumidores de fármacos a través de internet es población inmigrante. Se apuntaron varias causas. Una, la diferente cultura del medicamento. La presidenta nacional de los farmacéuticos, Carmen Peña, recordaba a este periódico que «en países latinoamericanos te venden medicamentos en los trenes como si se tratase de tabaco». José Ángel Oliván (UCE) habla de «desconocimiento del sistema sanitario español», mientras que Carmen Rodríguez, presidenta del Colegio de Médicos, apunta a la búsqueda de anonimato para lograr determinados fármacos, como puede ser el caso de la Viagra.

«Pero alguien que se tome Viagra y que tenga determinados problemas cardiacos puede morirse en el intento», señala José Villazón, presidente de los farmacéuticos de Asturias. Eludir al sistema para buscar soluciones puede ser un arma de doble filo. Más del 50% de las ofertas que diariamente llegan por internet a miles de asturianos, en envíos indiscriminados de correos electrónicos, tienen como objeto la oferta de medicamentos para mejorar la prestación sexual.

El que los compra se puede encontrar con diferentes escenarios: pastillas de la marca publicitada, pastillas que son una falsificación pero que responden al mismo principio activo, pastillas placebo que son literalmente un engaño o pastillas de otras marcas y otros componentes químicos.

Emili Esteve, director técnico de Farmaindustria, la patronal del sector, alertó del peligro de que la falsificación de medicamentos penetre en los canales legales de la distribución, esto es, en las farmacias. «Es un mercado muy atractivo para las organizaciones delictivas. En la Unión Europea esto sólo es una amenaza, pero hay que estar atentos». Esteve pone el ejemplo de Iberoamérica, «donde cerca del treinta por ciento de los fármacos que se venden en las farmacias son productos procedentes de falsificaciones».

No hay comentarios:

Publicar un comentario