lunes, 12 de noviembre de 2012

¿Por qué fuman tanto las adolescentes chilenas?

Las cifras fueron resaltadas recientemente por las autoridades al dar a conocer la nueva campaña que este lunes se incluirá en las cajetillas, con un mensaje que por primera vez alerta sobre los peligros del “consumo pasivo” en espacios cerrados. El público objetivo es el segmento juvenil y busca tratar de impedir que éste se inicie en el hábito. Aunque las adolescentes chilenas parecen no preocuparse en demasía, como pudo establecer BBC Mundo en una conversación con escolares. “Generalmente después de clases fumo y en las noches, después de comer. Son como cuatro o cinco al día pero depende de la situación, porque en fiestas se fuma más. En realidad es un vicio supertonto: porque aunque es adictivo, sé que no me produce nada”, nos dijo Ayllarel, de 17 años. “Es algo psicológico, una dice voy a fumar un cigarro y voy a sentirme más relajada, pero depende de la persona”, dijo a su vez Camila, también de 17. Ninguna supo explicar por qué fuma, pero lo hacen por más que lo consideren “un derroche innecesario”, según admitieron. ¿Cómo explicarlo? Carolina Herrera, presidenta de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias, le explicó a BBC Mundo que una posible respuesta está en que en el país “hay una suerte de tolerancia importante a que los niños fumen”, al punto que se inician en el consumo alrededor de los 9 años. “A los 13 años prácticamente el 50% ha probado alguna vez el tabaco y cuando salen de la educación secundaria lo hacen con 40% de tabaquismo igual que la población general”, señaló Herrrera, también académica de la Universidad Andrés Bello. Otra visión la tiene Lezak Shallat, magíster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas e integrante de la ONG Chile Libre de Tabaco, quien señaló a BBC Mundo que antes de que empezara a regir la ley antitabaco en 2006 “no había edad mínima para la compra y se hacía publicidad por doquier”. “Este es un país donde los adultos fuman mucho. Entonces en ese contexto los niños lo veían como un comportamiento normal: hubo acceso a cigarros y hubo un tremendo despliegue publicitario dirigido principalmente a mujeres y a jóvenes, no sólo en Chile sino en todo el mundo. Pero en Chile hay una industria fuertísima”, comentó. Además, está el tema del precio. La cajetilla más barata de 10 unidades cuesta menos de US$2 y ese puede ser otro punto que favorezca las altas cifras de tabaquismo. Florencia, escolar de 14 años, cree que fumar “es normal, porque en mi punto de vista estamos en una generación que como que en todo se adelanta un par de años”, agregando que también “puede ser culpa de los papás, porque no están, o porque para ellos es como un tema tabú”. El nuevo intento La imagen de Don Miguel, un adulto mayor con la garganta perforada para poder expresarse tras sufrir un cáncer de laringe, una foto de dientes afectados por el consumo de tabaco o una alerta de impotencia sexual son algunos de los intentos que desde 2006 se realizan a través de imágenes en las cajetillas de cigarros. Al momento de dar a conocer la nueva campaña, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, indicó que la atención a las víctimas del consumo de tabaco implica un gasto de US$2.500 millones al año en el país, por lo que el objetivo hoy es claro. “El foco de la salud pública en Chile está puesto en cómo lograr que los jóvenes se mantengan libres del hábito del consumo de tabaco la mayor cantidad de tiempo que sea posible”, enfatizó Mañalich. Esta postura es positiva a juicio de la doctora Carolina Herrera, quien resaltó que “no sirve hacer campañas para convencer a los fumadores que lo dejen. Lo que tenemos que hacer es apuntar a los niños y a las madres, porque una de cada cuatro que está embarazada sigue fumando”. Como medidas a futuro, el Senado chileno aprobó a fines de octubre una normativa que prohibirá fumar en “espacios cerrados” como pubs, restaurantes, discotecas y casinos de juego, y se espera que este martes se siga discutiendo el proyecto antitabaco. Además, en 2013 debe entrar en vigencia un alza tributaria que hará que los cigarrillos más baratos suban considerablemente de precio. Pero siempre hay alternativas como la venta por unidad -aunque está prohibida-, y a ello se añade que las más jóvenes que ya fuman no sienten demasiado temor al respecto. Según Florencia, “obviamente más adelante puede que esté mal por el cigarro, pero creo que de algo hay que morirse”.

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