El territorio de los yámanas incluía desde la península de Brecknock hasta el Cabo de Hornos. Usaron las costas del sur de Tierra del Fuego, canal Beagle e islas Hoste, Navarino, Picton y Wollaston.
Los yámanas se dividieron en cinco grupos que usaron distintas partes del territorio y habrían estado en contacto con los selk’nam por el continente y con los kawashkar por la costa. Si bien las relaciones entre los grupos eran en general pacíficas, la violencia estuvo presente, especialmente cuando los recursos alimenticios no fueron suficientes.
Las canoas que usaban los yámanas estaban hechas de un gran tronco de árbol que era recortada, ahuecada y modelada como una gran góndola reforzada con maderos. Podían medir entre tres y cinco metros de largo, por uno de ancho, y albergaban entre tres y siete personas. En el centro de la canoa había un fuego siempre encendido que permitía un desplazamiento constante pasando noches y días en la costa para luego partir en busca de más alimentos.
Economía:
Estos grupos eran canoeros nómades cuyo sistema de vida se sustentaba en la caza, recolección y pesca. Los hombres dirigían la canoa y cuidaban a los niños, mientras las mujeres remaban. Sólo ellas sabían bucear y nadar, lo que les permitió pescar y recolectar mariscos. Los hombres cazaban lobos marinos, focas, ballenas y nutrias, ayudados por los perros. Algunas veces cazaron guanacos y recogieron hongos, huevos y vegetales en tierra firme.
Arte:
Una parte importante de la expresión artística y cultural yámana era la pintura corporal. Según las ceremonias y actividades variaban los motivos de líneas, puntos y círculos de colores negros, rojos y blanco. Cada símbolo tenía un significado que era entendido por el grupo. Como adornos, las mujeres usaban y hacían pulseras para los tobillos y las muñecas, y collares y diademas de cuentas hechas de huesos y conchas.
Organización social:
Al igual que el resto de los grupos canoeros del sur, el núcleo de la sociedad era la familia, la cual estaba compuesta por los padres y los hijos. Como los yámanas eran nómades, la mayor parte del tiempo se pasaba en el mar y en la canoa, la cual albergaba a la familia junto con los perros, las armas y los utensilios. En el continente sólo usaban campamentos temporales o paraderos. Cada familia era independiente y muy cerrada. Los niños hasta los siete años eran criados juntos, luego eran separados y educados según su sexo. Si en el matrimonio la mujer fallecía, el hombre se casaba con su hermana; si un hombre moría, su viuda se casaba con su hermano. El hombre era la autoridad, él tomaba las decisiones, aunque la mujer tenía igualdad de derechos.
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