miércoles, 6 de octubre de 2010

Los mineros de Chile se preparan para afrontar la vida en la superficie

Ya se ultiman los detalles en la mina chilena San José para recibir a los 33 hombres atrapados desde el 5 de agosto. Solo quedaban ayer 160 metros de distancia entre ellos y el orificio que la tuneladora Schram T-130 lleva abriendo durante un mes en pleno desierto de Atacama. Aunque desde el pasado lunes se ha sufrido un parón de 48 horas a causa de la avería en un martillo, los técnicos esperaban ponerla en marcha a las dos de la madrugada, seis horas más tarde en la España peninsular. La perforadora se encontraba ayer a 464 metros de la superficie. En teoría, este fin de semana podría llegar hasta los 624 metros en donde aguardan los 33. "Pero si este negocio fuese fácil y previsible yo no tendría trabajo", indica uno de los ingenieros encargados del rescate. La teoría es sólo teoría.

Durante los últimos dos meses, los técnicos han insistido en que no bastaría con construir un túnel de más de 600 metros. Después, habría que "encamisarlo" o entubarlo, para que el ascensor que se ha diseñado pueda desplazarse con seguridad. Instalar esos tubos y soldarlos podría llevar entre dos y siete días. Pero ahora los técnicos sopesan la posibilidad de sacar a los mineros directamente, sin reforzar las paredes del orificio. En ese caso, el rescate podría comenzar este fin de semana.

Los psicólogos llevan días preparando a los mineros para su choque con la superficie. Han estudiado muchos casos de aislamientos prolongado y saben que los primeros abrazos suelen ser muy estrechos, pero no siempre sirven para salvar la distancia. Ahora es casi imposible refrenar la euforia. Pero Alberto Iturra, el coordinador de psicólogos, les insiste a los mineros y familiares para que otorguen un espacio al reencuentro. "Les estamos enseñando a liberarse de las expectativas. Y no será fácil".

El presidente, Sebastián Piñera, ha anunciado que tiene previsto viajar a Europa el próximo 17 y cree que podrá presenciar el rescate antes de esa fecha. Saldrán con los ojos vendados. Pasarán las primeras 48 horas en el hospital regional San José del Carmen de Copiapó para "descartar lesiones oculares, para que se les tomen radiografías de tórax y para que se les hagan evaluaciones dentales y de posibles afecciones de la piel", declaró esta semana el ministro de Salud, Jaime Mañalich.

La cápsula ha sido diseñada por la Armada con ayuda de la NASA. El viaje hasta la superficie se prolongará unos 15 o 25 minutos. Pero habrá que revisarla en cada recorrido. Se estima que el salvamento de cada persona ocupe alrededor de una hora. En total, un día y medio para todos. "Hemos estado entrenando a los mineros para eso, les hemos explicado por vídeo cómo es la cápsula, qué tipo de herramientas y mascarillas usarán en su salida y cómo será el rescate en general", informó Mañalich. Primero bajará un socorrista encargado de decidir el orden de salida: en primer lugar los que se encuentren bien, después los enfermos, y por último, los que presenten mejores condiciones físicas y psíquicas.

Podrán surgir contratiempos, pero los rescatadores ya cuentan con ellos. "Existen varios problemas que pueden producirse", ha advertido Mañalich. "Por ejemplo, que la cápsula se atranque, que a alguno se le produzca una descompensación, le suba la presión, se hiperventile o le dé claustrofobia. Cuando salgan a la superficie empieza la etapa de readaptación, la que también seguiremos muy de cerca. A cada minero le hemos prometido, como mínimo, seis meses de apoyo psicológico. A su salida, todos empezarán a vivir experiencias muy fuertes: tendrán que enfrentarse a la prensa y la fama; se encontrarán con que sus familias no son las mismas que cuando quedaron atrapados".

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