viernes, 15 de julio de 2011

Leer nos cambia el cerebro... más de lo que creemos


Corre por ahí el bulo de que leer no es para tanto. Que ya existe la televisión, que vivimos en un mundo audiovisual, y que por tanto la lectura es una actividad como cualquier otra, casi un hobbie, algo marginal que irá retrocediendo con el tiempo. Pero no es así.
La lectura de libros o de textos que requieran concentración y tiempo nos permite llegar a lugares a los que otras tecnologías tienen vedado el paso. No sólo se profundiza en asuntos complejos sino incluso en emociones complejas.
Una buena prueba de ello es cómo piensa un lector respecto a un analfabeto. Los cerebros lectores entienden de otra manera el lenguaje, procesan de manera diferente las señales visuales; incluso razonan y forman los recuerdos de otra manera, tal y como señala la psicóloga mexicana Feggy Ostrosky-Solís.
Los cerebros de los lectores incluso difieren entre sí según qué lecturas tengan por bagaje. Y no sólo estoy hablando de leer Dostoievsky o Pablo Coelho, sino que influye incluso el idioma en el que leemos.
Los lectores de inglés, por ejemplo, elaboran más las áreas del cerebro asociadas con descifrar las formas visuales que los lectores en lengua italiana. Según se cree, la diferencia radica en el hecho de que las palabras inglesas presentan con más frecuencia una forma que no hace evidente la pronunciación. ¿No habéis visto en las películas que a menudo las personas deben deletrear su nombre para que la otra persona sepa cómo se escribe? Por el contrario, las palabras italianas, así como las españolas, suelen escribirse exactamente como se pronuncian.
Por esa razón, también, los vocabularios de las culturas que aprendían a leer incrementaban sus recursos lingüísticos. Por ejemplo, el vocabulario inglés, limitado a unos pocos miles de palabras, se amplió hasta más de un millón con la proliferación de los libros.
Pero ¿qué pasa exactamente, en tiempo real, en el cerebro de una persona que lee y entiende lo que lee, a diferencia de una persona que simplemente mira las imágenes en una pantalla o escucha las palabras de un cuentista?

En 2009, la revista Psychological Science publicó un estudio al respecto, llevado a cabo en el Laboratorio de Cognición Dinámica de la Universidad de Washington, cuya principal investigadora fue Nicole Speer.
Los lectores simulan mentalmente cada nueva situación que se encuentran en una narración. Los detalles de las acciones y sensaciones registrados en el texto se integran en el conocimiento personal de las experiencias pasadas. Las regiones del cerebro que se activan a menudo son similares a las que se activan cuando la gente realiza, imagina u observa actividades similares en el mundo real.
Y todo esto es así porque leer es una actividad muy poco natural. Imaginaos: ¿acaso nuestros antepasados podían concebir permanecer sentados durante mucho tiempo, sin moverse, con la vista fija en un punto estático en la que no está pasando nada? Es decir: mirando pulpa de árbol prensada manchada con lo que parecen insectos aplastados. Más que un ser humano eso parecería una estatua. Un observador analfabeto no entendería qué mira tanto esa criatura porque todo pasa en su cabeza. De algún modo, el humano lector es casi una nueva especie.
El estado natural del cerebro humano, así como el de la mayoría de los primates, tiende a la distracción. Basta con que aparezca cualquier estímulo interesante, y nuestro cerebro sentirás interés por él, olvidándose de lo que estaba haciendo. Sin embargo, leer un libro requiere de una capacidad de concentración intensa durante un largo periodo de tiempo.
Esta tendencia a distraernos con nuevos estímulos, según la psicología evolutiva, tiene mucho sentido. Nuestros ancestros debían tener cerebros hambrientos de novedades y dispuestos a captar cualquier irregularidad: los objetos estacionarios o invariables forman parte del paisaje y mayormente no se perciben. Los ancestros que no tenían esta capacidad, seguramente tenían mayor probabilidad de morir (por ejemplo, un depredador que acecha) o menor probabilidad de fijarse en una oportunidad (por ejemplo, una fuente cercana de alimentos, lo cual también se traducía en una muerte prematura). Y un ancestro muerto es un ancestro que no se reproduce y que no deja en herencia a su prole sus genes, es decir, rasgos como un cerebro que no tiende a la distracción.
Todos los que en el pasado tenían cerebros predispuestos para la concentración y la linealidad, por tanto, se extinguieron. Nosotros somos descendientes de no lectores. Compartimos sus vetas genéticas. Tal y como señala Nicholas Carr:
Leer un libro significaba practicar un proceso antinatural de pensamiento que exigía atención sostenida, ininterrumpida, a un solo objeto estático. Exigía que los lectores se situaran en lo que el T. S. Eliot de los Cuatro cuartetos llamaba “punto de quietud en un mundo que gira”. Tuvieron que entrenar su cerebro para que hiciese caso omiso de todo cuanto sucedía a su alrededor, resistir la tentación de permitir que su enfoque pasara de una señal sensorial a otra. Tuvieron que forjar o reforzar los enlaces neuronales necesarios para contrarrestar su distracción instintiva, aplicando un mayor “control de arriba abajo” sobre su atención. “La capacidad de concentrarse en una sola tarea relativamente sin interrupciones”, escribe Vaughan Bell, psicólogo del King´s College de Londres, representa “una anomalía en la historia de nuestro desarrollo psicológico.
Los libros son el equivalente intelectual de los antibióticos, los aditivos o el aire acondicionado. Son una tecnología capaz de diluir un poco más nuestra humanidad de serie y moldear nuestro cerebro para alcanzar finisterres que hace apenas unos siglos eran inalcanzables. Son una tecnología diferente a Internet, la telvisión o el teléfono móvil, así que vale la pena que no la perdamos.
Ni que decir tiene que mucha gente había cultivado una capacidad de atención sostenida mucho antes de que llegara el libro e incluso el alfabeto. El cazador, el artesano, el asceta, todos tenían que entrenar su cerebro para controlar y concentrar su atención. Lo notable respecto de la lectura de libros es que en esta tarea la concentración profunda se combinaba con un desciframiento del texto e interpretación de su significado que implicaban una actividad y una eficiencia de orden mental muy considerables. La lectura de una secuencia de páginas impresas era valiosa no sólo por el conocimiento que los lectores adquirían a través de las palabras del autor, sino por la forma en que esas palabras activaban vibraciones intelectuales dentro de sus propias mentes.
Así, lectores del mundo, antinaturales todos, si pensáis más profundamente es porque leéis más profundamente. Porque, en ocasiones, ser antinatural es lo más de lo más.
Vía | Superficiales de Nicholas Carr

El origen de... el desodorante-antitranspirante


A todos nos ha pasado alguna vez que, al momento de subirnos al metro o al microbús, nos topamos con los típicos hombres (o mujeres en algunos casos) que se les olvidó usar el desodorante. Y mientras tienen sus axilas al aire por andar sujetándose de la barra, andan esparciendo por todo el lugar ese insoportable olor.
Es por esto que hoy hablaremos sobre el desodorante-antitranspirante, y para entender mejor cómo funciona explicaré brevemente la razón por la cual se produce mal olor en la axila.
El olor corporal es principalmente generado en aquellos lugares en donde la concentración de glándulas sudoríparas es alta, como por ejemplo, la axila. Mientras la transpiración producida por estas glándulas son inodoras, ésta contiene aceites que permiten el crecimiento de bacterias, las cuales con el calor, la humedad y la oscuridad existentes en la axila, fermentan, produciendo un ácido llamado trans-3-metil-2-hexanoico, el cual es el causante del mal olor característico que tenemos los humanos, luego de varios días sin asearnos.

Hay que destacar que al momento de querer controlar nuestro olor corporal, tenemos el desodorante y el antitranspirante como opciones. La diferencia es que el primero tiene fines cosméticos, ya que en verdad lo único que hacen es camuflar el olor usando algún perfume, porque la cantidad de humedad y de bacterias será la misma al fin y al cabo. Por el otro lado los antitranspirantes tienen un efecto químico, sobre la axila, inhibiendo la actividad de las glándulas sudoríparas, por ende reduciendo la humedad y la producción de bacterias, evitando finalmente el mal olor.

Historia

Antes de que existiera el desodorante, la gente trató por siglos crear alguna manera para camuflar su olor corporal. Los egipcios fueron los más destacados en este aspecto al inicio de los tiempos, en donde la utilización de mezclas cítricas y canela fueron la clave para acabar con los olores rancios. Otros perfumes que se utilizaron fueron el incienso y el algarrobo.
Ya años más adelante, en la edad media, el tema del olor corporal no fue muy importante debido a que la higiene personal era casi solo para los más adinerados debido a los exclusivos perfumes, barriles de madera y agua caliente, que no estaban a la disposición para el resto del pueblo (el cual tenía que conformarse simplemente con refregarse con agua helada para limpiarse y nada más).
Todo cambió ya cuando en 1888 apareció el primer antitranspirante hecho de cloruro de zinc, el cual tenía por nombre Mum, y era más que nada una cera pastosa que se aplicaba bajo el brazo.

Luego en 1890, una nueva variedad de antitranspirantes hechas de cloruro de aluminio aparecieron, dando inicio a la variada producción tanto de cremas, talcos, roll-ons y pads, para combatir el mal olor.
En 1950, la aparición de productos en aerosol, dieron el puntapié para que aparecieran los primeros desodorantes en spray, los cuales tenían como principales componentes el circonio de aluminio, y el clorofluorocarbono (CFC). Estos nuevos desodorantes se volvieron tan populares que para los ‘70, representaban el 80% de las ventas de este tipo de productos. Sin embargo, en 1977, el gobierno estadounidense prohibió el uso del circonio de aluminio debido a los problemas que podría producir en la salud humana al ser inhalado. Además el uso del CFC también fue prohibido por los daños que podía producir en la capa de ozono. Esto produjo como consecuencia la disminución del uso de desodorantes en spray y, por otro lado, el incremento de productos roll-on y en barra, mientras se buscaban alternativas a los químicos prohibidos.

Hoy en la actualidad encontramos distintas presentaciones para el uso tanto de desodorantes como antitranspirantes, y depende de cada gusto personal el tipo de presentación que usemos para andar perfumaditos. Los principales ingredientes activos que se usan hoy en día para la fabricación de desodorantes y antitranspirantes, son el clorhidrato de aluminio, cloruro de aluminio, sulfato de aluminio y circonio de aluminio modificado (que no produce daño al inhalarse en bajas cantidades).
En lo personal, no tengo mucho olor corporal (debe ser algo genético o de raza, por ser asiático) por lo que uso muy pocas veces el desodorante. Pero casi siempre he usado en aerosol, aunque en verdad estoy pensando seriamente cambiarme al roll-on o al de barra, porque ahora en invierno (hemisferio sur) el spray da mucho frio aplicárselo.
¿De cuál tipo prefieren ustedes, y cuál les ha dado mejor resultado?

Una de cada diez mascotas tiene un perfil en Facebook, Twitter o YouTube

El número de usuarios de las redes sociales y los 'social media' crece cada día. La red social creada en 2004 por Mark Zuckerberg ya cuenta con 750 millones de usuarios; la red de microblog Twitter llegó a los 200 millones de cuentas en el mes de enero de este año, y cada minuto se suben 48 horas de vídeo a la plataforma YouTube.
Pero no todos los perfiles abiertos en estos medios sociales pertenecen a personas de carne y hueso. Un estudio realizado por la empresa PetPlan, y recogido por el diario británico The Telegraph, ha revelado que una de cada diez mascotas tienen abierto un perfil en la red social Facebook, una cuenta en Twitter o tienen una cuenta en la plataforma de vídeo de Google, YouTube. Además, más de la mitad de dueños de mascotas en Reino Unido comparten fotos de sus mascotas 'on line'.
El aumento de perfiles de mascotas en Internet también se debe al número de propietarios que abren sitios dedicados a ellas. Otros también han creado páginas web enteras dedicadas específicamente a sus mascotas, muchas de las cuales han recaudado fondos para centros de rescate o de beneficencia para los animales. El propietario de un gato llamado Romeo en Nueva York ha recaudado más de 50.000 dólares (35.336 euros) en dos años y consiguió cerca de 10.000 seguidores.
Un especialista en medios sociales, Stephen Davies ha asegurado que el fenómeno no es tan peculiar como puede parecer. "A medida que las redes sociales juegan un papel cada vez más importante en nuestras vidas, es natural que nuestras mascotas formen parte de este fenómeno también. Utilizamos sitios como Facebook y Twitter como una extensión de nuestro mundo real y si pensamos en nuestras mascotas como parte de la familia, queremos que se involucren también", afirma. Además, Davies cree que este fenómeno seguirá en crecimiento debido a que "hay una demanda insaciable de mascotas en Internet".
Este estudio no debe de pillar por sorpresa al propio dueño de Facebook, Mark Zuckerberg, debido a que en el mes de marzo de este año Zuckerberg abrió una página en la red social a su nuevo perro, Bestia. Durante los dos primeros días en los que se habilitó la página recibió 2.000 'Me gusta'.

Twitter cumple 5 años


Así es, en un día como hoy 15 de julio, pero de 2006 apareció en la red un tímido pajarito llamado Twittr, que se presentaba a sí mismo como una nueva plataforma de comunicación online, que permitía compartir pensamientos e información en Internet al estilo de los SMS…
Posiblemente en aquellos momentos, ninguno de sus creadores podía imaginar la revolución y alcance que el tierno pajarito, que luego cambió su nombre al actual Twitter, iba a suponer en el entorno de una web 1.0 que comenzaba a mutar a la web 2.0, en el que el entorno y plataformas sociales iban a cambiar no solo el concepto y forma de comunicación online entre las personas, sino que además cimentaba las bases de un nuevo orden social y económico…
De los 224 tweets que se enviaron aquel 15 de julio de 2006, el crecimiento de Twitter no ha sido exponencial, mucho más que eso, podríamos denominarlo galáctico en la actualidad en que ese volumen de Tweets alcanza escasamente a unas cuantas décimas de segundo…
Para celebrar su aniversario, Twitter nos ha recordado algunos de sus hitos más importantes en cuanto a su alcance, cobertura y penetración en el mundo virtual…
600.000 es el número de nuevos usuarios de Twitter dados de alta ayer, una cantidad que en sus comienzos tardó 16 meses en alcanzar desde su lanzamiento.
El record de Tweets lo tiene Japón con 6.939 Twwest por segundo enviados 4 segundos después de la medianoche del 1 de enero de este año.
En marzo pasado, el volumen de tweets que volaban por la red era de mil millones semanales…
Desde What´s new nos sumamos a los reconocimientos y enhorabuenas a Twitter, el pajarito que cambió la forma en que nos comunicamos en Internet y hacemos un especial reconocimiento a Biz Stone, Jack Dorsey y Evan Williams, sus creadores, que nos han demostrado que en Internet una buena idea, trabajo duro y una pizca de suerte pueden hacer nuestro sueño realidad…
Vía: TNW
Imagen: MemeMachine.Com

lunes, 4 de julio de 2011

Descubren a Bob Esponja... en el reino de los hongos


Un hongo descubierto en 2010 en la isla Boroneo en la región de Malasia ha sido bautizado con el nombre deSpongiforma squarepantsii en honor al personaje de dibujos animados Bob Esponja (SpongeBob SquarePants, en inglés). Y es que, a pesar de ser un hongo, su forma es similar a la de una esponja de mar y tiene un color naranja brillante. Esta cualidad de ‘esponja’ es una adaptación a su ambiente, para revivir de manera rápida si es que se seca, al absorber pequeñas cantidades de humedad del aire.
Eso sí, no vive en una piña, ni está debajo del mar.
Tras un análisis bajo el microscopio de este hongo, los científicos descubrieron que la zona en la que se producen las esporas para su reproducción es similar al suelo marino decorado con esponjas tubulares, lo que les dio la idea del nombre.

El doctor Dennis Desjardin, coautor del texto y profesor de ecología y evolución del departamento de Biología de la Universidad de San Francisco, explicó que en un principio la publicación se resistió al nombre propuesto por parecerles “muy frívolo”. Supongo que como argumento podría haber esgrimido que no es la primera vez que se recurren a nombres estrafalarios o sacados de la cultura popular para bautizar a nuevas criaturas.
Por ejemplo, el actor Harrison Ford inspiró para dar nombre a una araña, la Calponea harrisonfordi.
Jean-François Bouvet, en su libro Hierro en las espinacas y otras creencias, cuenta la romántica historia de un paleontólogo inglés enamorado de una colega, de nombre Ella, que llamó ellaquismus a un trilobites que había descubierto. La palabra en inglés suena más o menos como Ella, kissme, que significa “Ella, bésame”.
Vía | CNN México

viernes, 1 de julio de 2011

El origen de... el corrector líquido


El corrector líquido es hoy en día una cosa del pasado. Aunque todavía se usa en la escuela (donde se escribe a mano en la mayoría de los casos) y para hacer “graffitis” o rayados en bancas públicas y baños, la verdad es que con la masificación de la tecnología el liquid paper ha perdido la relevancia que tuvo alguna vez.
Aun así, este invento llegó a solucionar un gran problema en su tiempo y se convirtió en un producto estrella que llegó a todos los estuches de estudiantes y profesionales.

Dedos torpes

Bette Nesmith había dejado la escuela en 1941 a los 17 años para trabajar como secretaria. Pese a que su trabajo implicaba escribir a máquina, Bette nunca llegó a ser un as del tipeo y constantemente tenía que corregir lo que escribía. Para ella, lo peor fue la masificación de las máquinas de escribir eléctricas después de la Segunda Guerra Mundial.
El problema con las máquinas eléctricas era que usaban una cinta de carbón para marcar las letras sobre el papel. Esta tinta no permitía borrar los errores con una goma, porque dejaban una mancha gigante en la hoja.
Así, Bette, que para 1951 era secretaria ejecutiva en un banco en Dallas, se veía forzada a reescribir páginas completas por culpa de un pequeño error, lo que era bastante frustrante.
La secretaria empezó a pensar cómo solucionar este problema. Se le ocurrió que como no se podía borrar, quizás el error se podía pintar encima. La inspiración le llegó cuando observó a unos pintores que estaban decorando las ventanas del banco para Navidad. En lugar de borrar las partes donde se equivocaban, los pintores simplemente pintaban una capa extra encima, haciendo desaparecer el error. Bette pensó que lo mismo se podía aplicar en los papeles cuando se cometía un error con la máquina de escribir. En la cocina de su casa, Bette mezcló tempera blanca y llenó una botellita con el líquido. Además se llevó un pincel. Cuando cometía un error en una página, simplemente pintaba encima, y cuando la pintura secaba, volvía a escribir la letra.

Adios errores

Otras secretarias, asombradas por la utilidad del asunto, empezaron a pedirle a Bette que les diera botellitas de pintura. Así, Nesmith comenzó a compartir su mezcla, que comenzó a llamar “Mistake Out” (Fuera Error). Con la ayuda de un vendedor de suministros de oficina, un profesor de química y un empleado de una empresa de pintura, Bette comenzó a experimentar en su cocina mezclando la témpera con otros químicos para lograr un mejor producto que secara rápido y cubriera bien.
Para 1956, Bette estaba vendiendo botellas de Mistake Out a todas las secretarias del banco. El garage de su casa se convirtió en una pequeña fábrica y su hijo le ayudaba con la producción. Viendo el éxito que tenía la mezcla, le cambió el nombre a “Liquid Paper” y lo patentó. En 1958, una revista mencionó el Liquid Paper, y Bette recibió montones de pedidos, incluyendo 400 botellas solicitadas por General Electric, en tres colores diferentes.
Con todo ese trabajo extra, Bette cometió un error mientras escribía una carta en el banco: tipeó el nombre de su propia compañía en una carta que escribió para su empleador. Así que por eso la despidieron, pero su cesantía le permitió dedicarse completamente al Liquid Paper. Para 1964, la empresa vendía 5.000 botellas a la semana. En 1968 vendía 1 millón a la semana, y ya tenía instalada una fábrica propia.
Para 1975 ya fabricaban 500 botellitas por minuto, convirtiendo al invento en todo un éxito. En 1979, Nesmith vendió la empresa a Gillette, y se retiró del negocio. Con el dinero que obtuvo por la venta, creó una fundación de apoyo a las mujeres emprendedoras.
El Liquid Paper fue vendido luego a Newell Rubbermaid, que rebautizó la marca como “Papermate” en algunos lugares. También se desarrollaron a partir de él múltiples variaciones, como tener la pintura dentro de un lápiz, en una cinta, de secado rápido, etc., junto con muchas marcas más (entre las más famosas, el Tipp-Ex).
Con la llegada de la computación y la masificación de la misma, el Liquid Paper pasó a estar reservado para trabajos a mano en el colegio o para fines artísticos, pero ya no tiene la relevancia que alguna vez tuvo. Borrar una letra hoy en día se hace de una forma mucho menos complicada, simplemente presionando una tecla. De todos modos, el corrector es una muestra de que a veces, la necesidad es una buena fuente de inspiración, aunque sea para cosas muy simples.

¿Cuántos millones ha costado el desarrollo de Google +?

Interesante el estudio realizado por Forbes , y publicado en TNW , donde estiman lo que le puede haber costa a Google el desarrollo de su nueva red social Google Plus.
En él tienen en cuenta unos 500 empleados trabajando en el proyecto, así como la compra de algunas empresas imprescindibles para el desarrollo del producto (como On2, WideVine o Slide).
El resultado: 585 millones de dólares (inevitable recordar que hace unos días compraron Myspace por 35 millones).
De todas formas supongo que mucho del trabajo realizado en Wave ha sido aprovechado en Google +, por lo que la cifra puede variar bastante.
Podéis acceder a los detalles del cálculo en forbes.com .