Fuente: BBCMundo
En tiempos difíciles, ¿a quién recurrir? Para este club de aficionados en la ciudad de Larissa, en el centro de Grecia, la última opción disponible para salvarlos de la quiebra era pedirle dinero al burdel local.
El entrenador del equipo, Yiannis Batziolas, dice que no hay nada de qué avergonzarse, y que el deporte está lleno de patrocinadores mucho más sombríos.
“Cuando veo en el fútbol profesional publicidad de empresas de apuestas y alcohol, creo que es mucho más inmoral”, dice.
Añade que “en Grecia, no es raro visitar un burdel. Creo que la mayoría de los jóvenes han estado en estos lugares porque es una necesidad humana. Y estoy orgulloso de la dueña de este burdel, orgulloso de que ella ayude a hacer realidad nuestro sueño de jugar al fútbol”.
La mujer en cuestión es Soula Alevridou, que se sienta en las gradas y mira cómo el equipo exhibe sus habilidades.
Esta mujer pequeña, con pelo corto gris y vestida con una chaqueta y corbata, se ha forjado en la ciudad una reputación de rica mujer de negocios.
Madama
Me digo a mí mismo que siempre hay una primera vez y visito el burdel, en las afueras de Larissa.
Dentro del edificio, de aspecto común, las habitaciones están bañadas en luz roja, y las paredes escarlata adornadas con espejos enmarcados en dorado.
La decoración es adecuadamente kitsch, con sillones de terciopelo púrpura y lámparas de cristal multicolores. La suite está equipada, incluso, con jacuzzi y minibar.
Una vez en el apartamento de Alevridou, dentro del complejo Villa Erótica, le pregunto cómo llegó a apoyar al equipo.
“Es porque me encanta Grecia y me gusta ayudar a la gente joven”, responde. “Las autoridades aquí no dan dinero para el deporte, la educación, ni nada. Así que ¿por qué no puede venir este pobre equipo de fútbol a pedirme ayuda para llegar fin de mes?”.
Sus intenciones filantrópicas no siempre han sido bien recibidas.
Hace poco envió dinero a una escuela en la ciudad occidental griega de Patras para comprar una fotocopiadora muy necesaria, pero el cheque le fue devuelto.
“Sólo quiero que Grecia salga adelante en estos tiempos difíciles”, dice. “Todos tenemos que ponerle el hombro a nuestro país. Este es un burdel legal y quiero ayudar. ¿Por qué no puedo hacerlo?”
No todo el mundo en Larissa lo ve de esa manera.
El sindicato local de fútbol ha presentado una protesta formal, insistiendo en que la venta de sexo debe mantenerse fuera del deporte. Y ha ordenado que en los partidos el equipo debe usar camisetas oscuras, aunque sí puede ostentar el logotipo del burdel.
“Promover la prostitución no es aceptable”, dice el jefe del sindicato, Marios Spiratos.
“Sabemos que es parte de la vida, pero creemos que no es lo correcto para los jóvenes deportistas aficionados. Algunos de los jugadores tienen menos de 18 años”.
Vida nueva
En la ciudad vecina de Trikala, las autoridades del fútbol también tienen algunas preocupaciones sobre esta tendencia.
Allí el equipo amateur viste de negro, no de rosa, y el logo es una cruz: es una funeraria la que le ha dado un nuevo impulso al Palaiopyrgos FC.
Debido a las objeciones de las autoridades locales, la gran cruz púrpura debe quedar cubierta con cinta adhesiva a los partidos, a pesar de que con frecuencia se despega y nadie se queja.
“Me gusta el uniforme”, dice el mediocampista Haris Bakogiannis.
“La cruz hace que nuestros adversarios nos teman, y nadie usa nada parecido, así que ahora somos famosos”.
El negocio de la funeraria es una pequeña tienda en el centro de la ciudad, repleta de flores artificiales e iconos cristianos ortodoxos.
El joven empresario Christos Panagiotou dice que la idea del patrocinio surgió una noche de copas con amigos del equipo.
“Al principio los jugadores pensaron que era una broma, pero ahora se acostumbraron”, dice.
¿Les da la cruz una dosis de suerte extra?
“Hasta ahora, por desgracia, no”, comenta.
“Espero que la ayuda de mi negocio los salve del descenso, pero es triste que los equipos tengan que recurrir a nosotros. Estamos pasando por una situación trágica en nuestro país”.
Tanto a nivel amateur como profesional, el deporte griego está de hecho en una situación desesperada. El financiamiento es muy reducido y casi no hay inversiones, por lo cual los atletas se enfrentan a un futuro sombrío.
Hace apenas ocho años, Grecia fue sede de los Juegos Olímpicos y el equipo nacional fue coronado campeón de fútbol de Europa.
Ahora las instalaciones se están deteriorando y los equipos están recurriendo a medidas desesperadas para sobrevivir.
Pero, al menos en esta región, dos clubes se han salvado, gracias a sus nuevos patrocinadores no convencionales.
En esta historia inusual, tal vez ambas partes ganen. El fútbol local recibe un impulso muy necesario, mientras que el funebrero y la madama aumentan la clientela.
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