Un grupo de más de 200 japoneses de la tercera edad se están ofreciendo como voluntarios para trabajar en las labores de limpieza de la planta nuclear de Fukushima. Se trata de ingenieros retirados y otros profesionales, todos mayores de 60 años.
La idea es evitar que los trabajadores jóvenes se expongan a altas dosis de radiación, que podrían tener terribles consecuencias.
Aunque algunos los han llamado kamikazes, los mayores dicen que están siendo prácticos. “No somos kamikaze. Los kamikaze eran algo extraño, no había manejo de riesgos ahí. Ellos iban a morir. Pero nosotros volveremos”, dijo Yasuteru Yamada, ingeniero retirado que está organizando al grupo de ancianos, a la BBC.
“Tengo 72 y en promedio tengo probablemente 13 a 15 años más de vida. Aun si me expongo a la radiación, el cáncer podría demorarse 20 a 30 años en desarrollarse. Por eso, nosotros los viejos tenemos menos posibilidades de tener cáncer”, explica Yamada.
El ingeniero ha estado contactando amigos y enviando e-mails y mensajes por Twitter, además de trabajar para convencer al gobierno de que los dejen entrar a la planta. El gobierno hasta ahora ha manifestado su gratitud por el valor de estos hombres, pero ha sido cauteloso respecto de si permitir que intervengan o no.
Michio Ito es otro voluntario, que antes de jubilarse era profesor en una escuela. “No creo ser especial. La mayoría de los japoneses tiene este sentimiento en su corazón. La pregunta es, si puedes dar un paso adelante, o si te quedas atrás a mirar. La mayoría de los japoneses quieren ayudar de cualquier modo que puedan”, dice Ito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario